jueves, 2 de mayo de 2013

Mundo Cocker Spaniel

Un día con Teo


Crónica por: Mauricio Aponte Vargas

Desde la llegada de Teo, un Cocker Spaniel, al hogar Aponte Arciniegas, nuestras vidas han tomado un sabor diferente. Durante los últimos meses mi esposa y yo hemos compartido una serie de situaciones divertidas al lado de un cachorro amigable, inquieto, inteligente y muy obediente. A través de sus manifestaciones de afecto nos ha hecho entender que una mirada  vale más que mil palabras.

Teo llegó a nuestras vidas hace un poco más de dos meses, por fortuna nuestros trabajos tienen horarios flexibles, razón que ha permitido que dediquemos mucho tiempo al entrenamiento del cachorro. Déjenme contarles que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de nuestras vidas.

Alrededor de las 6 de la mañana, Teo, nuestro Cocker Spaniel de 4 meses y medio golpea con su garra la puerta de nuestra habitación, lo que significa dos cosas: que necesita urgente que lo lleve a pasear o por el contrario que hoy era uno de esos días en donde por el elevado consumo de agua no pudo aguantar y se hizo en el rincón donde ponemos periódico. Simplemente te levantas y sin evaluar la situación te pones el pantalón sudadera más viejo y lo sacas a dar una vuelta de 30 minutos. Ya en el parque te encuentras con un centenar de perros de todas las razas, Golden y Labradores en su mayoría, los caninos empiezan su clásica interacción de olfateo de rabos, y prosiguen con una serie de springs cortos uno detrás del otro. Es interesante analizar como los animales tienen unas dinámicas de socialización más cordiales que las de los humanos, ellos solo necesitan de un par de minutos con otro de su especie para darse cuenta de su comportamiento; los humanos tardamos toda una vida para entender al otro.

Una de las ventajas de los alrededores de nuestro apartamento es la gran variedad de parques y zonas verdes. Colinas, arroyos, senderos ecológicos, cedros, pinos y jardines coloridos adornan cada esquina, sin mencionar que con la puesta del sol en las horas de la tarde el lugar se convierte en un paraíso terrenal. Puedo decir que Teo es muy feliz en este sitio gracias a que puede correr con tranquilidad porque para un cocker es indispensable el ejercicio. Mi esposa dice que cada vez que Teo corre parece un conejo, “cada vez que se desplaza sus orejas se levantan y sus patas están pegadas saltando, como si estuviera dando brincos”.

Una vez regresamos a la casa, Teo se dirige rápidamente a la “zona de hidratación”, para después darle paso a una larga siesta. Luego de 1 hora en cama, el cachorro se despierta con ganas de jugar con su amiga incondicional, una vieja pantufla de color naranja que sacude con toda su fuerza (es su juguete favorito). La mañana se termina, es hora de almorzar y nuestro perro ya tiene el olfato trabajando y el estomago listo para recibir su merecido banquete. Antes de recibir su alimento Teo se acuesta y espera a que le demos el permiso para disfrutar de su comida. ¡Simplemente brillante! Nuestro cachorro ha aprendido a obedecer cada uno de los comandos que le hemos enseñado, el concentrado no es factor de alteración en su comportamiento, pero es directamente responsable de mantener saludable y fuerte a nuestro amiguito. Su pelo brilla como el dorado de las joyas más preciosas, sus ojos grandes y expresivos, sus patas y orejas, su lengua larga y rojiza dan una demostración de la vitalidad de esta mascota.

Al finalizar la tarde me siento en una de las sillas de cuero negro de la sala (muy cómodas) para deleitarme haciendo una de las cosas que más me gusta hacer todos los días, ver partidos de béisbol, y quien más indicado que Teo para ser mi acompañante. El cachorro se recuesta sobre mis piernas y en un gesto de camaradería “diría yo”, me mira como si estuviese disfrutando del momento. Estoy convencido de que el buen gusto por el deporte hace parte de esta familia, o sino que le pregunten a mi esposa.

Después de un día de paseos, buena comida, juegos, lectura y partidos de béisbol, Teo está listo para ir a dormir, no sin antes golpear a la puerta de nuestra habitación y deslizarse por el suelo haciendo una serie de movimientos expresivos  para despedirse y agradecernos por el amor, dedicación y paciencia que hemos tenido hacia él. Es difícil de creer como un perro logra capturar toda nuestra atención, pero estoy convencido que Teo es un ser especial que llegó a nuestras vidas para quedarse por un largo tiempo y enseñarnos el valor de una verdadera amistad.